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jueves, 17 de julio de 2014

Cartel Cinematográfico Cubano de los 60 (ICAIC)

Reflexión                                                           

Las manifestaciones culturales emergen en diferentes formas expresadas por los seres humanos que involucran desde la religión hasta lo artístico, esto nos permite la búsqueda de una identidad y memoria que forje nuestra la cultura y tradición. La cual puede ser posible por medio del arte, en este caso se presentó como una renovación cultural que identifica a la población, tratando de prevalezcan sus creencias y pensamiento que solo pueden ser salvaguardados y reconocidos como patrimonio por el sentido de pertenecía de nosotros mismos.

Dicha renovación cultural y artística, se presentó en Latinoamérica precisamente en Cuba para inicios de la década de los 60, surge el BOOM DEL CARTELCINEMATOGRAFICO, por parte del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) que fomentó a varios artistas plásticos y diseñadores gráficos como: Eladio Rivadulla, Eduardo Muñoz Bachs, Alfredo Rostgaard, Antonio Fernández Reboiro, Rene Azcuy, Rafael Morante, RaúlMartínez, entre otros. A crear la nueva  Identidad-Cultural por medio de las Artes Gráficas, fundamentado por medio del concepto y el diseño a través del CARTEL, considerado históricamente como un movimiento artístico-cultural que marcó dicha década como; LA EPOCA DORADA DELCARTEL, por sobrepasar las fronteras políticas, sociales y panfletarias, convirtiéndolo en una obra de arte, como lo expuso Susan Sontag (1970): “…constituye el advenimiento de una nueva obra de arte, en vez de un anuncio cultural…”. Por expresar un nuevo lenguaje artístico en la cartelistica cubana y por ende de Latinoamérica.

Este movimiento artístico enmarcado por el cartel, difundió la producción cinematográfica a niveles internacionales y se posiciono, como el cartel pionero de Latinoamérica durante la década de los 60 y 70, expandiendo los caminos de cartel, como un medio de comunicación artístico, que comenzó a considerarse por Cuba, como Patrimonio Fílmico Cubano,  luego de  cumplirse 52 años de la creación del (ICAIC). Claro está, que le dan importancia es a la producción fílmica y un parte de ello son los carteles que engloba dicho patrimonio fílmico.

Por lo tanto, es importante considerar patrimonio a dicho cartel, que puede incluirse desde las nociones ampliadas de patrimonio, que involucra tradiciones, expresiones y movimientos culturales postulado por La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), como biodiversidad  cultural, que configura el concepto de patrimonio cultural y sus condiciones (físicas, intelectuales e inmateriales). Por lo cual, me propongo a la elevación patrimonial del Cartel Cinematográfico Cubano de los 60 (ICAIC), bajo  la premisa de Patrimonio Cultural-Inmaterial, que es Tradicional, Contemporáneo y viviente a un mismo tiempo, Integrador, Representativo, Basado en la comunidad,  definido en el ámbito de Técnicas artesanales tradicionales, establecido por (UNESCO en Ámbitos del patrimonio inmaterial en la Convención de 2003). Porque dicho cartel establece la nueva visualidad artística cubana y latinoamericana, por estampar una identidad, una memoria, una cultura a través del arte gráfico y plasmado por la técnica de la serigrafía, articulando un espacio simbólico que representa el enriquecimiento y el valor de la diversidad cultural Latinoamérica.


Que se mantendrán su conservación y preservación de manera inmaterial, por el registro fotográfico (Documental), como memoria de un  hecho artístico-cultural en cuba, por rehacer la visualidad artística y cultural que aborda un lenguaje gráfico, plástico, y netamente visual, trasladado a un registro digital por la web 2.0, por medio de la reproducción de la imagen como patrimonio a la digitalización, buscando una inmediatez de esa identidad y memoria, que demuestra una conservación del Patrimonio Cultural Inmaterial del Cartel Cinematográfico Cubano de los 60. Ofreciéndoles una conectividad, durabilidad, reproductibilidad e interacción a redescubrir como la  cartelista del cine cubano forma parte  del imaginario y acervo cultural latinoamericano.  






















Descarga disponible: Colección del Patrimonio Cultural Inmaterial del Cartel Cinematográfico Cubano de los 60:



jueves, 5 de junio de 2014

CUBA CARTEL

Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC)


"El cartel se utilizó como un  medio para transformar el imaginario de un país, el cual renovó su cultura, tradición e identidad, creando una memoria cultural que se fundamento por medio del concepto y el diseño, mostrando una visualidad gráfica nueva y acercando al espectador a comunicarse con el ARTE"  


Yenirek Marcano,2014.

Muestra de carteles:

Haz clic aquí PARA OBTENER LOS CARTELES PARTE 1 

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domingo, 25 de mayo de 2014

TRABAJO 1ERO PTM


Trabajo primero (Cartel Cinematográfico Cubano de la década de los 60)



“…El arte no sólo como mnemotecnia de la belleza, sino incluso como el gran “memorial del ser”, o cuando menos del pasar humano por él, por la existencia…” (Brea, 2007:158)

Bajo las premisas del texto de  Cultura_RAM Mutaciones de la Cultura en la Era de su Distribución Electrónica por José Luis Brea 2007. Establece relaciones de la condición archivista, la cual desprende tres dispositivos que conforman una estructura de conectividad, adecuado a las nuevas tecnologías digitales. Por consiguiente la memoria patrimonial se relaciona con la temática del cartel, por ser un medio comunicacional generado por las artes y las artes graficas, para buscar nuevas formas de expresión artística, en ser dinámicas y directas, estableciendo un acercamiento y una retroalimentación mutua que permita mantener una memoria constante y temporal del patrimonio de carácter cultural y artístico específicamente el Cartel de Cine Cubano de la década de 1960. 

Asimismo es importante tomar el primer descentramiento que es de carácter antropológico, en mostrar todo lo referente al tema del cartelismo, comenzando por su origen en el siglo XIX, el cual tomó un papel importante dentro del eje artístico, ya que fue utilizado por artistas gráficos como: Jules Chéret, Alfons Mucha,  Henri de Toulouse-Lautrec y Charles Gesmar. Permitiendo proyectar composiciones de manera audaz y directa, convirtiéndose en un medio de comunicación visual, elevando al cartel a un escenario artístico en Francia y el resto de Europa por representar  de otra forma, sin divorciarse por ser una herramienta publicitaria para sus comienzos, que fue tomando varias ámbitos como; el cartel político que se popularizo para la primera mitad del siglo XX, igualmente el cartel bélico utilizado para ambas Guerras Mundiales, la Revolución Soviética atraído por el cartel y relacionado con  el Constructivismo Soviético funcionó, como estrategia para promover dicha revolución y al Fascismo Italiano le contribuyó el acercamiento de las masas, para la  difusión de sus mensajes al público de forma directa. Además  la Guerra Civil Española que utilizó el cartel para hacer propaganda de ambos lados políticos (Carlos Sáez de Tejadab y Josep Renau) resultando ser un medio de retroalimentación. 

No obstante con todas las corrientes posibles del cartel, nace una arista como el Cartelimos Polaco revelado por Roman Cieslewicz  muy popular por ser carteles de cine, teatro y político, promoviendo los partidos comunistas de su país. Pero que lo diferenció por mantener una temática existencialista en los contenidos de dichos carteles. Posteriormente el cartel  fue tomado por las corrientes del Pop-Art, movimientos contraculturales y juveniles manejados como una herramienta que divulgaba los mensajes de libertad, paz y amor, prohibiendo las guerras para la década de 1960.   Es decir que el cartel se convirtió en un eje importante en la conformación de cambios políticos, culturales, económicos y artísticos de varios países de Europa, Asia y América.

Por consiguiente el cartel es uno de los medios más utilizados para cualquier ámbito sea político, cultural, artístico o social. Es por ello que el escenario cartelista para la década de los sesenta lo toma Latinoamérica específicamente en Cuba, por un gran auge en el cine a nivel cultural y artístico, siendo el movimiento de cartelismo cinematográfico más resaltante en Latinoamérica,  que se acuño como la época del oro del cartel de cine en Cuba. Además los elementos gráficos y técnicas aplicadas como la serigrafía caracterizaron los carteles y como “…los diseñadores asumieron las corrientes estéticas que en el momento dominaban el panorama de las artes visuales en todo el mundo: Pop-art, Op-art, Psicodelia, Arte Cinético y otras que no tenían tanta preeminencia...” (Vera y García, 2014)  marcando un registro diferente a nivel gráfico y visual, estableciendo otro lenguaje artístico para el cine dentro del diseño gráfico y las artes.

El segundo descentramiento tiene que ver con las nuevas tecnologías de reproducciones, las cuales van a generar la extensión del cartel de cine cubano del sesenta por medio de la difusión digital, es decir, la reproducción de la imagen permite exhibir los carteles hechos por artistas y diseñadores gráficos latinoamericanos, a través de sus bloggers o páginas web, a pesar de que el cartel se ha registrado en libros como: el Stermer, Duglad. (1936) “El arte en la revolución: Cuba y Castro, 1959-1970 / estudio crítico por Susan Sontag; Traducciòn de Nancy Garst de Rocha”,  México: McGraw-Hill, 1970. Dicho libro tiene el catalogo de los Carteles Cubano de Cine con un breve descripción técnica de dichos carteles del sesenta y setenta, el cual sale de las bibliotecas para ser mostrado en la web 2.0, asimismo manteniendo por mucho más tiempo la vigencia y durabilidad de los carteles por la interacción y conexión de la internet. 

El último descentramiento se enfoca en los usos de la imagen-tiempo, la cual debe manejarse como una transformación de la visión del espectador con los carteles, que tiene un carácter patrimonial, los cuales se van a desplazar de lo material a lo inmaterial, rescatando esa memoria artística y cultural a nivel latinoamericano, referido como un auge del cartel artístico en Latinoamérica, un movimiento cartelista que se perpetuara de cierta manera en la web 2.0 y tendrá  una renovación inmutable en las redes sociales, como por ejemplo: facebook, twitter, blogspot, youtube, google, etc. Donde se busca una conectividad firme que tenga una durabilidad semejante a la del cine como lo plantea el autor José Luis Brea. Es así como el cartel de cine cubano del sesenta, tendrá una reproductibilidad disgregada y renovadora en la red, para el servicio de la conservación y conectividad el patrimonio artístico y cultural.


ARTÍCULOS RELACIONADOS AL CARTEL DE CINE CUBANO



El Cartel de Cine Cubano




Escrito por Reinaldo Morales Campos publicado 2009

En Cuba el temprano empleo de la serigrafía artística en carteles para anunciar películas con sublimes representaciones pictóricas, contrastadas texturas y formulaciones visuales seductoras lo inició, en 1943, el artista de la plástica y pintor Eladio Rivadulla Martínez; este hecho sin antecedentes en el país ocurrió cuando se hizo necesario sustituir la propaganda impresa, de poca aceptación por el público cubano, que traían los filmes mexicanos y argentinos para informar de sus presentaciones en las salas de cine.



Carteles de distribuidoras privadas


Indistintamente, en la década del cincuenta, también se realizaron esas reproducciones por los Studio Cilleros y Machado y el Studio Almela; pero no obtuvieron éxitos y desde 1957, quedó solamente Eladio Rivadulla Martínez. En esos carteles, en cumplimiento de encargos de los propietarios de las 66 distribuidoras de películas que existieron hasta finales de ese decenio; con formatos de 71 X 91 centímetros, sus espacios visuales eran cubiertos con los títulos, principales protagonistas e imágenes de escenas trascendentales de los filmes y para lograr una mayor venta de las entradas, mostraban representaciones pictóricas femeninas eróticas y semidesnudos.

Después del triunfo de la Revolución Cubana, el 1 de enero de 1959, para promover un cine que expresara su condición de arte y carácter educativo fue creado, el 24 de marzo, el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC); primera institución cultural constituida por el Gobierno Revolucionario y aunque en su fase de estructuración logró firmar para el 26 de julio de ese año su primer documental, titulado Sexto Aniversario; con el desfile de campesinos en la Plaza Cívica, actual Plaza de la Revolución; Eladio Rivadulla Martínez continuó diseñando y reproduciendo carteles para anunciar películas, encargados por dueños de distribuidoras privadas de filmes como: películas Europeas S.A., United Artistas, Columbia Pictures, Cuba-México, Distribuidora Fénix S.A. y Organización Rank que actuaron hasta finales del año 1960.

Y aunque en aquel momento, con sus evidentes interés lucrativos, también ejercieron sus influencias carteles de películas producidos en otros talleres de serigrafías particulares, como los de: Abelardo, Barrios y Castell; los más demandados por su belleza y brillantez fueron los de Rivadulla; quien también diseñó y reprodujo los encargados por Pelicuba, distribuidora de películas perteneciente al Partido Socialista Popular (PSP), que creada en 1959 y hasta su fusión al ICAIC a mediado de 1961, se ocupó de la exhibición de los filmes procedentes de la Unión Soviética y los demás países socialistas.